Salmos (Sal) Capítulo 110
Palabra del Señor a mi Señor.—La fuerza fundamental que rige el destino de la humanidad, del mundo y de la historia, es la victoria de Jesucristo, Hijo de Dios, hecho hombre, para tomarnos junto a él y asociarnos a su gloria eterna.
1 Palabra del Señor a mi señor:
«¡Siéntate a mi derecha
y ve cómo hago de tus enemigos
la tarima de tus pies!»
2 Desde Sión extenderá el Señor
el cetro de tu mando:
domina en medio de tus enemigos.
3 «Tuyo es el principado
desde el día de tu nacimiento;
de mí en el monte sagrado tú has nacido,
como nace el rocío de la aurora».
4 Juró el Señor y no ha de retractarse:
«Tú eres para siempre sacerdote
a la manera de Melquisedec».
5 A tu diestra está el Señor,
aplasta a los reyes en el día de su cólera;
6 juzga a las naciones; está lleno de cadáveres,
y de cabezas rotas a lo ancho de la tierra.
7 El bebe del torrente, en el camino,
por eso levanta su cabeza.