Salmos (Sal) Capítulo 127
Lo que se construye sin Dios, fracasará.—Y de nada sirve gastar nuestros días y nuestros años en busca de mil cosas, adelantos y comodidades, si con esto pasamos ciegos e insensibles entre tantos hallazgos y alegrías que nos reservaba el momento presente.
1 Si el Señor no construye la casa
en vano trabajan los albañiles;
si el Señor no protege la ciudad,
en vano vigila el centinela.
2 En vano te levantas tan temprano
y te acuestas tan tarde,
y con tanto sudor comes tu pan:
él lo da a sus amigos mientras duermen.
3 Un regalo del Señor son los hijos,
recompensa, el fruto de las entrañas.
4 Como flechas en manos del guerrero
son los hijos de la juventud.
5 Feliz el hombre que con tales flechas
ha llenado su aljaba,
cuando a la puerta vayan a litigar,
sus contrarios no los harán callar.