Primer Libro de los Reyes (1Re) Capítulo 5
7 Cada uno de esos gobernadores aseguraba durante todo un mes la mantención de Salomón y de todos los que comían de la mesa del rey. Velaban para que nada faltara y, según las órdenes que habían recibido,
8 cada uno hacía llegar la cebada y la paja para los caballos y las bestias de carga a los corrales donde estaban.
2 Para la mantención de Salomón se necesitaban diariamente treinta medidas de harina fina y sesenta medidas de harina ordinaria,
3 diez bueyes gordos, veinte bueyes de potrero, cien corderos, sin contar los ciervos, las gacelas, los corzos y las aves de engorda.
4 Su poder se extendía por todo el territorio a este lado del río, desde Tafsa hasta Gaza, sobre todos los reyes de esa región, y la paz reinaba en todas sus fronteras.
5 Durante todo el reinado de Salomón, Judá e Israel vivieron en paz, cada cual bajo su parra o bajo su higuera, desde Dan hasta Berseba.
5 4 20 Judá e Israel eran tan numerosos como la arena en la orilla del mar; se comía, se tomaba y se vivía feliz.
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1 Salomón extendió su autoridad sobre todos los reinos, desde el Río hasta el territorio de los filisteos y hasta la frontera con Egipto. Todos esos pueblos estaban sometidos a Salomón y le entregaban su tributo.
6 Salomón tenía cuatro mil establos para sus carros y sus doce mil caballos.
9 Dios le dio a Salomón la sabiduría, una inteligencia muy grande, y una ciencia tan amplia como la arena que está en la orilla del mar.
10 La sabiduría de Salomón superaba a la sabiduría de cualquier sabio de Oriente y a toda la sabiduría de Egipto.
11 Fue más sabio que cualquier otro, más sabio que Etán el Ezrajita, más que Jemán, Calcol y Darda, los hijos de Majol. Su fama se extendió por todos los países vecinos.
12 Pronunció tres mil sentencias, compuso mil cinco cánticos,
13 habló sobre las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el musgo que brota en los muros; habló sobre los animales, los pájaros, los reptiles y los peces.
14 De todos los países venían a oír la sabiduría de Salomón y recibió regalos de todos los reyes de la tierra que habían oído hablar de su sabiduría.
Preparativos para la construcción de la Casa
15 Cuando Hiram, rey de Tiro, supo que Salomóon había sido consagrado como rey en lugar de su padre, le envió una embajada, porque Hiram se había mostrado siempre como el amigo de David.
16 Salomón mandó luego este mensaje a Hiram:
17 «Como tú lo sabes, Yavé puso al final a todos los enemigos de David bajo la planta de sus pies, pero esas guerras le impidieron a mi padre construir un templo para el Nombre de Yavé, su Dios.
18 Ahora que Yavé, mi Dios, me ha dado la paz por todos los lados, y que no hay más enemigos ni pestes,
19 pienso edificar ese templo para el Nombre de Yavé, mi Dios. El mismo declaró a David, mi padre: «Tu hijo, al que pondré en tu trono en vez de ti, será quien construya la Casa de mi Nombre».
20 Sabes que nadie entre nosotros es tan hábil para cortar los árboles como la gente de Sidón; ordena pues que corten para mí cedros del Líbano. Mis sirvientes trabajarán con los tuyos y yo pagaré lo que me digas para el salario de tus sirvientes».
21 Hiram se sintió muy contento al oír las palabras de Salomón, dijo: «¡Bendito sea ahora Yavé, porque dio a David un hijo tan sabio para que gobierne a ese gran pueblo!».
22 Hiram respondió a Salomón: «Recibí tu mensaje, haré lo que me pides respecto a la madera de cedro y de ciprés.
23 Mis sirvientes los bajarán desde el Líbano hasta el mar y luego haré que los remolquen en balsas hasta el lugar que me indiques; allí los haré desembarcar y tú los tomarás. Por mi parte te pido que me proporciones víveres para mi casa».
24 Hiram entregó a Salomón toda la madera de cedro y de ciprés que quería;
25 Salomón por su parte dio a Hiram veinte mil medidas de trigo para la mantención de su casa y veinte mil medidas de aceite de oliva. Eso fue lo que Salomón entregaba cada año a Hiram.
26 Yavé dio la sabiduría a Salomón tal como lo había prometido, de tal modo que reinó la paz entre Hiram y Salomón: los dos firmaron una alianza.
27 El rey Salomón reclutó entre los is raelitas a treinta mil hombres para trabajos públicos,
28 los mandó al Líbano por turno: diez mil por mes. Estaban un mes en el Líbano y dos meses en sus casas. Adoram era responsable de esos trabajos.
29 Salomón disponía de setenta mil hombres para transportar la carga y de otros ochenta mil para tallar la piedra en las montañas,
30 sin contar los tres mil trecientos jefes de obra puestos por Salomón para supervisar al pueblo que trabajaba en las canteras.
31 El rey ordenó extraer grandes piedras, piedras seleccionadas, para hacer los fundamentos del Templo con piedra tallada.
32 Los obreros de Salomón, los obreros de Hiram y los habitantes de Biblos tallaron las piedras y prepararon la madera para la construcciòn del Templo.